Sherpa Tshiring Jangbu se encuentra con un recuerdo persistente: un cadáver que vio hace más de una década cerca de la cima del monte Lhotse, la cuarta montaña más alta del mundo.
En mayo de 2012, trabajaba como guía para un alpinista alemán cuando se encontraron con el cuerpo, que creían pertenecía a un alpinista checo fallecido unos días antes cerca de la cima. La curiosidad de Tshiring sobre las circunstancias de la muerte lo llevó a descubrir que al escalador le faltaba un guante, sugiriendo que podría haber perdido el equilibrio y caído.
Doce años después, Tshiring formó parte de un equipo de 12 militares y 18 sherpas en una misión para limpiar el Himalaya. Esta operación, que duró 54 días y terminó el 5 de junio, se centró en recuperar cinco cadáveres de la "zona de la muerte" a más de 8,000 metros de altura.
La campaña, iniciada por el gobierno nepalí en 2019, busca mejorar la seguridad de los escaladores y abordar la contaminación por basura y cuerpos en el Himalaya. El esfuerzo enfrentó desafíos extremos debido a las condiciones climáticas severas y la dificultad para transportar los cuerpos desde altitudes tan elevadas.
Los cuerpos recuperados y un esqueleto ahora están en un hospital en Katmandú, donde se realizan pruebas de identificación. Este trabajo es crucial para cerrar los capítulos pendientes de los montañistas fallecidos y sus familias, que a menudo esperan años para realizar los ritos finales.
Para Tshiring Jangbu y su equipo, esta misión es una forma de honrar al Gran Himalaya, que ha sido fundamental en sus vidas como montañistas.
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